En la actualidad, la Asociación de Productores de Cacao de Bolívar estima que el cacao que se produce en el medio Caura, hábitat de los indígenas yekuanas, es único y que merece ser estudiado y replicado.
Para sacarlo de la montaña y venderlo a un precio muy bajo en Maripa, la capital del municipio Sucre, los yekuana tardan al menos una semana de navegación por el Caura. “Su cacao es único, y de lo mejor que hay en Venezuela. Ese es un punto importante de investigación para replicar esa producción”, manifiesta Albe Gorrín, presidente de Asocacao Bolívar.
“El cacao es originario de la cuenca Amazónica, nunca perdió su presencia. Está metido en las montañas, en las comunidades indígenas, estamos haciendo un esfuerzo para rescatar esa tradición pero no ha sido fácil”, expresa.
El Alto Caura es una zona de reserva natural amenazada por la expansión de la minería ilegal y la violencia que trae consigo. En ese contexto, aún en la actualidad, los indígenas echan mano del cultivo del grano para robustecer su economía, pese a que compiten en desventaja por el monopolio de intermediarios y el avance de la deforestación para el cultivo de otros rubros ante la demanda de alimentos que implica la actividad minera en el territorio.

Gorrín destacó que por más de 100 años Bolívar tuvo tradición cacaotera, y las comunidades indígenas tienen, hasta la actualidad, un papel protagónico en el cultivo de este producto.
De hecho, uno de los 15 mejores cacaos que seleccionó la Corporación Socialista del Cacao para concursar por una exhibición en el Salón del Chocolate de París tras el International Cocoa Award de este año, es una muestra de Bolívar, procesada por indígenas piaroa de la comunidad Alto Sapoare en Alto Orinoco, municipio Cedeño.
“No es algo que hemos anunciado públicamente todavía, pero aprovecho informar. Esta muestra demostró un alto nivel de calidad por su sabor y aroma frutal”, expone Giovanni Silva presidente de la Corporación Socialista del Cacao.
El entusiasmo del anuncio contrasta con las exigencias de los productores de cacao en la zona, quienes han denunciado en reiteradas ocasiones y por al menos una década que, pese al potencial del grano que se cultiva, el Gobierno no protege ni incentiva su producción frente a la competencia desleal por el uso de la tierra de otras actividades económicas como la minería.
El cultivo de cacao en Bolívar es centenario, y a lo largo del tiempo su producción ha crecido en nichos como en Guarataro, Sabana de Cardona, Parguaza, Guaniamo, La Paragua y El Buey.
“Mucha gente aún desconoce que nuestro estado fue un importante productor de cacao y de café. El café entró a Venezuela por Guayana, por las misiones de Caroní, y se extendió al resto de la provincia. El cacao es originario de la cuenca Amazónica, nunca perdió su presencia. Está metido en las montañas, en las comunidades indígenas, estamos haciendo un esfuerzo para rescatar esa tradición pero no ha sido fácil”, concluye Albe Gorrín, presidente de la Asociación de Productores de Cacao del estado Bolívar (Asocacao).