En primera instancia, la jueza Luzia Farias da Silva Mendonça resolvió el 28 de noviembre de 2019 otorgar prisión preventiva o temporal para 22 ciudadanos de Brasil y Venezuela, entre ellos Flores y otros que no llegaron a ser arrestados. El juicio no ha terminado, como tampoco el tráfico de oro del sur de Venezuela al norte de Brasil. Lo dicen los comerciantes de la frontera, lo susurran algunos de los contrabandistas y, de alguna forma, también los fiscales del caso. Aunque no contestaron una solicitud de información para este trabajo, se disculparon vía electrónica advirtiendo que no podían referirse al tema, porque se trata de un caso “con ramificaciones hasta la actualidad”.
En una primera audiencia, el brasileño Marcelo Camacho declaró que el oro era guardado en Boa Vista, en casa de la venezolana Libia Cristancho, una de las asistentes de Marco Flores. No fue posible obtener respuesta alguna de su parte, a pesar de que se le contactó por diferentes vías en Venezuela, donde ahora reside. La contabilidad paralela que encontraron en su correo electrónico y en apuntes de su cuenta de Whatsapp muestra que el oro llegaba a Brasil con recibos y certificados procesados en oficinas de análisis de los municipios Sifontes, Roscio, Piar y Gran Sabana del estado Bolívar, donde la escasez de fuentes de trabajo y la histórica explotación ilegal ha fomentado laboratorios informales donde determinan la pureza del material.
En la calle Zea de Santa Elena de Uairén, a dos cuadras de la plaza Bolívar, abrieron la puerta del cubículo de la empresa Orka. Les llamó la atención que los reporteros preguntaran por el nombre que tienen en su registro fiscal, pero luego no hubo más intercambios. Dejaron en claro que no les conviene hablar. En ese y otros laboratorios del pueblo sobreviven en medio de las condiciones de un mercado que, en Venezuela, es cada vez más informal.
El rastro del dinero muestra que tres supermercados de Santa Elena de Uairén llenaron sus anaqueles con las mismas distribuidoras brasileñas que recibieron depósitos de MC. Al menos 50,5 toneladas de azúcar llegaron a la Distribuidora Pague Barato C.A. desde el Supermercado Gaviao de Roraima. Otras 60 toneladas de azúcar llegaron al Hipermercado Maxi Oriental C.A. y Big Market Amazonia C.A. desde los depósitos que tiene el Supermercado Goaina, de acuerdo con las facturas que se han podido encontrar. La base de datos de Import Genius, una de las más grandes de información aduanera del mundo, muestra muchos más registros de embarque entre las mismas empresas.
Ninguno de los encargados de esos supermercados han aceptado referirse al tema. Al contrario: cuando se les abordó en sus locales comerciales, se limitaron a remitir las solicitudes de información a unos ejecutivos que nunca respondieron. Pero algo indica que hay cosas que no han cambiado en la frontera: el antiguo Hotel Jean Bistró de Pacaraima –adquirido por Marcelo Camacho, a nombre de Nayslan Spagnolo, esposa de Marco Flores, y en el que encontraron balanzas y piezas de hierro utilizadas para la fundición de oro–, acaba de abrir nuevamente.
Pintado y remodelado, ahora con el nombre de Roraima Suites, el establecimiento muestra nueva imagen y fachada. Pero al pagar 120 reales por una noche, los comprobantes de pago asoman el nombre de una empresa llamada M&N Import, cuyos datos conducen al mismo grupo. La firma está a nombre de Migdonia Nayibe Álvarez Moreno, hermana de Marco Flores Moreno.